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El zahori

¡¡¡Soon aqueeellas peequeñas cosas…!!!

Los plumillas de aquellos años, recién escudillados de las facultades de Ciencias de la Información, nos sentíamos unos pequeños héroes, cuando desvelábamos algunas corruptelas, poca cosa, de nuestros representantes públicos. Prácticamente nada de otros poderes fácticos como los sectores empresariales, financieros, eclesiásticos o inmobiliarios. No estaban en el punto de mira y no había medios ni disposición social para proceder a las complejas averiguaciones. Tampoco la Justicia estaba por la labor. Siempre creí, y lo sigo creyendo,  que lo más goloso se nos escapaba. Y corrupción había. El Franquismo era corrupto por sus  principios, filosofía y origen. Aún así salieron escándalos como los de la Redondela o Matesa, entre otros. Era difícil  pensar que no hubiera corrupción y sin ir más lejos  el Batallón Vasco Español, del que con Felipe González fue un remedo tan trágico el GAL, no resistiría las pruebas de una  investigación. Pero en la Transición el pacto del miedo y las ganas de recuperar las libertades no propiciaban hurgar en algunas cloacas. 

Ya con las instituciones democráticas,  empezaron a salir a la luz  corruptelas heredadas de viejas rutinas o nuevas. Una empresa eléctrica seguía otorgando un sobre con dinero a los periodistas invitados a la comida en la que se iba a presentar el balance de resultados, hasta que un joven periodista casi barbilampiño de Zaragoza lo devolvió.   En la primera legislatura autonómica (1983-1987), el eximio periodista deportivo Jose María García se obsesionó  con el presidente de la Federación Española de Fútbol, a la vez presidente del PP regional, diputado autonómico de Aragón y promotor inmobiliario, José Luis Roca. La razón, “poca cosa”. Roca cobraba dietas y kilometraje como si viviera en Alcorisa, cuando iba a pie al Parlamento pues vivía en Zaragoza. Otra diputada del PSOE, Marisol Navarro, hacía lo mismo desde Alcañiz. Mucho más sonada fue, años más tarde, la conducta del eurodiputado y anterior alcalde  de Zaragoza por el PSOE, Antonio González Triviño. Fijó su residencia en Canarias para así obtener más prebendas en desplazamientos.

Con el tiempo, los jóvenes profesionales fueron afinando sus técnicas de investigación periodística y así se desvelaron asuntos de verdadero calado, como  la financiación de la depuradora en el mandato de Triviño; el nepotismo clientelista  del socialista José Marco, o las oscuras actuaciones de los consejeros  del PAR, Victor Longás y José Porta, que desembocaron en la dimisión. Ahora y con mayor colaboración de la Justicia,  el enriquecimiento de la alcaldesa de la Muela y familia que, con la vista judicial en ciernes,  no parece que  se lo vaya a llevar el viento. Y, como el caso que se lleva la palma con creces  la supuesta  malversación de 200 millones de euros en Plaza, durante el Gobierno PSOE-PAR.  

 Pero volvamos a aquellas pequeñas cosas. Al principio se miraba con lupa la utilización del coche oficial para misiones que no fueran las propias del cargo. Y se criticaba duramente que Triviño regalara una botella de Vega Sicilia, por un precio de 75.000 pesetas, junto a la invitación a un opíparo banquete. Era, creo, a unos empresarios  japoneses y se justificaba el trato como una estrategia para obtener inversiones.

Conforme las instituciones se fueron arraigando, ya en el periodo de Marcelino Iglesias y Biel,  a nuestros mandatarios les entró el gusto por el coche oficial. Y la comitiva, protocolo, seguridad y prensa oficial les deslumbró al tiempo que se pretendía  impresionar al pueblo llano. El alcalde de Huesca, el socialista Fernando Elboj, visitaba las obras de las calles con coche oficial rodeado de seguratas, los mismos que le acompañaban en las noches de copas. Su sucesor, Luis Felipe les dio otro destino más acorde con la seguridad ciudadana. En las Cortes de Aragón, todos los miembros de la Mesa y de la Junta de Portavoces disfrutaban –ahora se han reducido las prestaciones- de coche oficial, con chofer y segurata. Sólo se apeó de este servicio, en la legislatura pasada,  la diputada de CHA, Nieves Ibeas. El portavoz de IU, Adolfo Barrena, justificó esta prebenda  bajo el sutil argumento de que no haría nada que supusiera la pérdida de un puesto de trabajo. Su sucesora, Patricia Luquín, siguió los pasos de Ibeas.  Claro que en este asunto se lleva la palma el expresidente del Parlamento catalán, Ernest Benach (ERC), en cuyo coche oficial, un Audi, se hizo instalar, una tele, una mesa de trabajo y un reposapiés por un coste de 9.276 euros. El Gobierno de Tsipras  ha retirado los coches oficiales. Ya lo hizo el británico hace cinco años y los ministros desde entonces van  a pie o en transporte público.  Por no hablar del expresidente uruguayo, Jose Múgica. Aquí en España hubo una rara avis, el alcalde  de Vitoria, José Ángel Cuerda (PNV) que se desplazaba en autobús por España.

Los diputados de las Cortes de Aragón podían comer en el restaurante de la Aljafería por  3 euros, al ser subvencionado el almuerzo con un 75% del coste total de 13 euros. Poca cosa, sobre todo si se lo preguntan a las familias a las que se les ha retirado la subvención  por el menú escolar que vale más de 6 euros. Solo hace unos meses ha desparecido este privilegio como consecuencia de la presión popular y mediática. Y en el Ayuntamiento de Zaragoza, el alcalde Belloch ha llegado a cobrar  hasta 1.000 euros extras en un día por asistir a las comisiones.  Mientras la presidenta Rudi  añade a su sueldo oficial el  derivado del partido –como en otros casos legal pero moralmente reprobable_. El popular Gallardón y el socialista Leguina cobran la menudencia de 8.500 euros al mes por formar parte del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid. No digamos ya de las prebendas, sueldos, personal, despacho  y coches oficiales de todos los expresidentes de la Generalitat de Cataluña.  Y, entre otras “pequeña cosas”,  las comarcas  son nicho de beneficiados con sueldo , en algunos casos con consejeros  sin competencias como ocurrió en  la del Bajo Aragón-Caspe.     

Sí, puede que aquellas pequeñas cosas, comparadas ‘conlaquestacayendo’, constituyan el chocolate del loro; pero desde luego que no para aquellas personas que sufren los efectos de la crisis. Pero que  no dejan de ser un comportamiento obsceno, sobre todo, en épocas de crisis.  A ver, a partir del día 24. No sé….

 

El tripartidismo alternante de Aragón

 

Los próximos meses prometen ser los más intensos del actual sistema político nacido en la Transición. ¿Cómo va a afectar a Aragón, caracterizado desde 1999 con una suerte de tripartidismo de alternancia, con un beneficiado comodín, el PAR,  en el que se han apoyado PSOE y PP para lograr el sillón del Pignatelli? Las encuestas  en España aseguran que se ha roto el bipartidismo y que, aunque el PP obtenga el mayor respaldo, no consigue la   mayoría absoluta. La irrupción de Podemos está echando por los suelos  la alternancia.

En Aragón, excepto en los  tiempos del socialista Santiago Marraco (1983-1987), nunca ha habido  mayoría absoluta. La  meta es actualmente inalcanzable. En unos comicios que, al margen de los candidatos, la corriente estatal va a incidir mucho, es posible que el castigo lo reciban las formaciones aragonesistas, PAR y CHA. En el caso de la formación de izquierdas, porque es muy difícil  hacer frente a Podemos que, incluso,  se apropia de uno de los “símbolos” sagrados de los chunteros, y los símbolos en CHA importan mucho, como ocurrió el pasado miércoles al clausurarse un acto de partido –el respaldo de Pablo Iglesias a  Violeta Barba frente a la candidatura de Echenique-  con el Himno a la Libertad de Labordeta. La presencia de Pedro Arrojo en esta cita es otro motivo para  derivar a los votantes  antipantanos.

¿Y el PAR? No son buenos tiempos para  este partido en el que con pericia y habilidad se metió en 1992  José Ángel Biel, procedente de la UCD del 143. El goteo de deserciones es constante provocado entre otros motivos  por el desprecio de Biel –vicepresidente desde 1999 a 2011 en tres gobiernos de coalición PSOE-PAR y que  goza de la canonjía de ser presidente de las Cortes de Aragón en virtud de la colación PP-PAR- al partido, dilatando  desde 2011 la convocatoria de órganos fundamentales como el comité nacional  y evitando así que circule oxígeno.  Al PAR, además, se le han terminado las rentas obtenidas por  su oposición al trasvase  e incluso de la defensa  de la autonomía que parece haber pasado, al menos ahora, de moda.  El único diputado que ha permanecido en todas las legislaturas de las Cortes de Aragón parece haber encontrado un buen acomodo en el Palacio moro de la Aljafería a tenor de su escasa presencia en la vida social aragonesa y una cierta desconsideración a la crítica pública.   

Es verdad que el clientelismo es un mal bastante arraigado, pero el PAR parece estar en el ojo de mira si tomamos como algo más que un indicio el hecho de que casi la mitad de los 161 empleados que fueron en  las últimas candidaturas  municipales y autonómicas–el 10%  de la plantilla- de la empresa pública Sarga integraron las listas del PAR. Una rentabilidad del voto cautivo que se dispara si añadimos que este partido obtuvo en los comicios municipales, un 11 %.

En este panorama,  Rudi bastante tiene con parar el desgate  de su partido  por  los conocidos y numerosos  casos de corrupción a nivel nacional. De las filas de Rudi, sin embargo, no se conocen situaciones de malversación. Si  ha habido alguno, los ha zanjado con autoridad como  ocurrió con el diputado de Teruel que, como Monago, se iba  a sus aventuras de Canarias con dinero público. Pero su Gobierno ha fallado estrepitosamente con su objetivo principal, el control de la deuda; su gestión no ha entusiasmado y  ha encontrado  el rechazo a los recortes en Educación  y Sanidad.

Los socialistas aragoneses arrastran  las consecuencias  derivadas del caso  Plaza en el periodo de Marcelino Iglesias donde el viceconsejero Escó; el expresidente del Zaragoza, Agapito Iglesias;  el exgerente  Ricardo García Becerril, y otros directivos  y empresarios han malversado supuestamente más de 100 millones de euros.  Y, al igual que el PP  y el PAR, no han sabido renovar el partido con caras nuevas y refrescantes utilizando en su selección de candidatos viejos esquemas de familias y corrientes. IU, por su parte, aguantará  lo que pueda, se aliará, quizás, con Podemos, e intentará evitar que le salpique en exceso el cainismo de Madrid.

De todos estos lodos expuestos y más vienen estos polvos de la desafección de los que se favorecen  Ciudadanos y, en mucha mayor medida, Podemos. El secreto está en saber cómo Podemos realiza la transición de un movimiento a un partido organizado y con disciplina, cuál va ser definitivamente su programa y  de qué manera eluden la  bisoñez  que les confiere  el no haber ocupado cargos de responsabilidad.  

 

 

Oposición nuclear en Aragón

Este año se cumple el 40 aniversario del nacimiento del movimiento antinuclear aragonés  a raíz del proyecto franquista  de instalar tres centrales nucleares en Sástago, Escatrón y Chalamera. Ninguna se llevó a cabo. Por Rafael Bardají

 

Cuatro décadas de oposición nuclear    

 

Hay pasajes de la historia reciente de Aragón y España que quedan ocultos ante otros acontecimientos de mayor calado y que es obligado recordar para conocer de cerca la idiosincrasia de sus habitantes. A menudo, los escolares de ESO y Bachiller se acercarán, si es que lo hacen,  de pasada y por encima, a la Transición. El Aragón oficial,  a su vez, insistirá en las señas de identidad que  dicen nos han conformado como  pueblo en esa guerra para hacernos fuertes en el pugilato frente a los intereses centralistas. Pero existe el riesgo de olvidar movimientos que ponen de manifiesto el coraje y la lucha por el futuro. Se cumplen ahora 40 años del  anuncio  de tres proyectos de centrales nucleares en Aragón –en  Escatrón, Sástago  y Chalamera-, cada una de ellas con dos grupos de 1.000 MW  de potencia instalada, lo que  constituyó  el origen del movimiento  antinuclear  aragonés. Allí estuvieron como agitadores de una conciencia social que ha perdurado hasta ahora personas generosas, con inquietud, preparadas y dispuestas a hacer frente a una imposición del Gobierno de Franco que  veía en la esta fuente de energía un remedio para resolver  la dependencia energética. El incansable Mario Gaviria, sociólogo e investigador navarro, fue el más destacado activista en alertar de los peligros de la energía nuclear desde sus artículos en  ‘Triunfo’ y ‘Andalán’  en febrero  y en agosto de 1974 respectivamente.  No fue el único. Compañero de viaje fue Pedro Costa Morata, ingeniero de telecomunicaciones, que en 1973 trabajaba en la el proyecto de la central nuclear de Lemóniz y que pronto  se cayó del caballo para  emprender la guerra antinuclear.

 Eran tiempos difíciles pero  la labor de estos pioneros tuvo su respuesta  activa  en la sociedad. Agricultores, profesores, albañiles, maestros, curas, alcaldes franquistas,  amas de casa, estudiantes y personas de  distinta clase y condición  recogieron  el guante en unas de las movilizaciones más impresionantes que se han producido, junto a las de oposición al  trasvase del Ebro, en la etapa que va de las postrimerías  del franquismo  y los primeros  años de la transición. Aragón supo ganar una batalla en un tiempo en el que aparentemente otros territorios tenían mayor cohesión social  y objetivos políticos más claros, como Cataluña  con dos centrales nucleares  aún en funcionamiento  -Ascó o Vandellós- y País Vasco, con Lemóniz,  parada,   pero con un  enorme e ignominioso coste  como fue el de la acción criminal de ETA.

 Fue  en la primavera  de 1975 cuando la semilla sembrada un año antes provocó un levantamiento popular pacífico que contó con la complicidad de alcaldes franquistas, como el de Zaidín,  Nunilo Ibarz, quien, junto con la labor política de idas y venidas a Madrid, y con el apoyo del entonces alguacil,  Antonio Ibarz,  se vio metido en activista  editor de folletos, mediante una multicopista. En el escenario aparecieron personajes que más tarde ocuparían cargos importantes en las instituciones democráticas como Aurelio Biarge, primer presidente democrático de la Diputación  de Huesca;  Santiago Marraco, primer  presidente elegido del Gobierno de Aragón, o Francisco Beltrán, cristiano progresista que luego sería alcalde de Fraga. Todos ocuparon su papel. Hasta la prensa local donde destacó una comprometida periodista de Radio Fraga, María José Arellano, que de inmediato vio que hay momentos en la historia en los que hay que estar con el pueblo a pesar de los riesgos.  O inquietos ciudadanos que fueron el germen de Coacinca como Ramón Mesalles y Víctor San Vicens. El clamor popular –aun vivo el amo- se produjo en mayo de 1975  cuando miles de ciudadanos del Bajo Cinca se manifestaron en Huesca y fueron recibidos por el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, Víctor Fragoso del Toro. Fue este político del régimen quien se comprometo a atender los intereses del Bajo Cinca no sin antes lanzar el mensaje de que la prueba del desarrollo y bienestar procurado por el Franquismo estaba en que los manifestantes habían podido acudir a la capital de la provincia “en coche y no en burro”. La historia antinuclear  aragonesa se prolongó  hasta 1979 con la oposición a las centrales de Escatrón y Sástago con unos acontecimientos –donde ocupó un papel destacada la asociación DEIBA- que convendrá recordaren su día.  Todos los proyectos se desecharon y solo a mitad de la década de los 90, con el Gobierno de Lanzuela, el temor al miedo nuclear volvió a aparecer en modo de un prototipo traído a Aragón por un premio Nobel, Carlo Rubbia. El invento que no había convencido en París, Valencia y Cataluña se murió finalmente a pesar de que un dirigente popular –cautivado como otros muchos-  llegó a decir que  el ‘Rubbiatron” iba a ser más importante que el descubrimiento de América.

De películas y realidades financieras

De  películas y realidades financieras

Dos películas de principios de esta década establecen con especial acierto las turbulencias financieras vividas a partir de 2008, que tuvieron como paradigma  la caída  de  Lehman Brothers y cuyas consecuencias seguimos padeciendo. Las conductas son reproducibles en todos los países, incluida España, y Aragón.

 Resulta curioso y aleccionador que estos dos productos cinematográficos pongan de manifiesto que los comportamientos del poder político y financiero en Estados Unidos sean similares a los de distintas partes del mundo, de  las que no está excluida  España. Se trata  de “Margin Call” (2011), emitida por la segunda cadena a principios de este mes.  La otra es  “Inside Job”, estrenada en España en 2010, de Charles Ferguson,  un documental  con estilo y formato periodístico narrado por Matt Dimon. “Inside Job”, conocida en castellano como “Trabajo confidencial”  o  “Dinero Sucio”, se centra en los cambios de la actividad financiera de los años previos al crack de 2008 basados fundamentalmente en las diferentes desregulaciones por parte del poder político de las sucesivas administraciones norteamericanas que permitieron grandes incrementos en el riesgo financiero. Esta situación se vio favorecida por lo que se conoce popularmente como la puerta giratoria o el trasiego de responsables y ministros  del Gobierno a los consejos de administración de las corporaciones bancarias y viceversa. En España sabemos bastante de este asunto desde Narcís Serra, ministro de Defensa del PSOE,  a Rodrigo Rato, ministro de hacienda con Aznar,  pasando por el actual ministro de Economía Luis de  Guindos, que ocupó el cargo  después de ser asesor en Europa de Lehman Brothers .  La falta de este control en nuestro país fue denunciado incluso, recientemente,  por el hasta ahora presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, al destacar como desde el Banco de España  se le aseguraba que todo iba bien en el sector financiero español. “Inside  Job”  recoge, también las complicidades existentes con  expertos  universitarios en materia económica que realizan sus trabajos de prospección, tan “‘acertados”, y cuyos informes resultan condicionados al ser pagados por los recursos públicos   nacionales o regionales y por las entidades.

La otra cinta “Margin Call” o “El precio de la codicia” expone con especial clarividencia cómo los altos directivos responsables  de la emisión de hipotecas basura y artífices de arriesgadas operaciones especulativas reaccionan con imperturbable cinismo y se blindan asegurándose  su futuro con cuantiosas indemnizaciones y prejubilaciones millonarias cuando ya su entidad no vale un duro. Luego viene el despido masivo de trabajadores o el rescate pagado por todos los ciudadanos.  En España, más de 70.000 millones de euros. Y los ejemplos los tenemos en Bankia, Caixa Galicia o Catalunya Caixa, entre otros. La misma música ha sonado en Aragón, donde  asistimos  actualmente a  la investigación sobre las aventuradas operaciones realizadas, con su consiguiente agujero, desde el año 2000 por los altos ejecutivos de la cúpula de la Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI). Mientras veía  Margin Call en la 2 me vienen al recuerdo aquellos pasajes en los que  muchos de los directivos afectados afirmaban  que  ya alertaron en su día. En mi memoria aparece entonces un sindicalista que estaba al tanto de esas oscuras actuaciones y  que ahora no se sorprende de nada al ver las  comparecencias en la comisión de investigación de las Cortes. ¿Y por qué no dijiste nada?, le  inquiero. “Es que desde el sindicato me decían que mejor callar porque se ponía en peligro la credibilidad de la entidad, la confianza de los clientes y, en consecuencia, el peligro  de  miles de trabajadores. Sea por el mantenimiento de los puestos de trabajo, por asegurarse los directivos un dorado porvenir, por intereses codiciosos de personas al mando de corporaciones sin alma o  por la imagen del propio país se llegó a la situación actual. ¿Va a cambiar la cosa a partir de ahora? Soy pesimista. Como argumento me baso en una sencilla  apreciación: la inmediatez para realizar reformas laborales con la consiguiente precarización del empleo y la lentitud en establecer la tasa Tobin en las transferencias financieras por parte de la UE. O en la lentitud de los procesos  judiciales para dirimir responsabilidades  en los excesos de determinados banqueros       

De películas y realidades financieras

De  películas y realidades financieras

Dos películas de principios de esta década establecen con especial acierto las turbulencias financieras vividas a partir de 2008, que tuvieron como paradigma  la caída  de  Lehman Brothers y cuyas consecuencias seguimos padeciendo. Las conductas son reproducibles en todos los países, incluida España, y Aragón.

 Resulta curioso y aleccionador que estos dos productos cinematográficos pongan de manifiesto que los comportamientos del poder político y financiero en Estados Unidos sean similares a los de distintas partes del mundo, de  las que no está excluida  España. Se trata  de “Margin Call” (2011), emitida por la segunda cadena a principios de este mes.  La otra es  “Inside Job”, estrenada en España en 2010, de Charles Ferguson,  un documental  con estilo y formato periodístico narrado por Matt Dimon. “Inside Job”, conocida en castellano como “Trabajo confidencial”  o  “Dinero Sucio”, se centra en los cambios de la actividad financiera de los años previos al crack de 2008 basados fundamentalmente en las diferentes desregulaciones por parte del poder político de las sucesivas administraciones norteamericanas que permitieron grandes incrementos en el riesgo financiero. Esta situación se vio favorecida por lo que se conoce popularmente como la puerta giratoria o el trasiego de responsables y ministros  del Gobierno a los consejos de administración de las corporaciones bancarias y viceversa. En España sabemos bastante de este asunto desde Narcís Serra, ministro de Defensa del PSOE,  a Rodrigo Rato, ministro de hacienda con Aznar,  pasando por el actual ministro de Economía Luis de  Guindos, que ocupó el cargo  después de ser asesor en Europa de Lehman Brothers .  La falta de este control en nuestro país fue denunciado incluso, recientemente,  por el hasta ahora presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, al destacar como desde el Banco de España  se le aseguraba que todo iba bien en el sector financiero español. “Inside  Job”  recoge, también las complicidades existentes con  expertos  universitarios en materia económica que realizan sus trabajos de prospección, tan “‘acertados”, y cuyos informes resultan condicionados al ser pagados por los recursos públicos   nacionales o regionales y por las entidades.

La otra cinta “Margin Call” o “El precio de la codicia” expone con especial clarividencia cómo los altos directivos responsables  de la emisión de hipotecas basura y artífices de arriesgadas operaciones especulativas reaccionan con imperturbable cinismo y se blindan asegurándose  su futuro con cuantiosas indemnizaciones y prejubilaciones millonarias cuando ya su entidad no vale un duro. Luego viene el despido masivo de trabajadores o el rescate pagado por todos los ciudadanos.  En España, más de 70.000 millones de euros. Y los ejemplos los tenemos en Bankia, Caixa Galicia o Catalunya Caixa, entre otros. La misma música ha sonado en Aragón, donde  asistimos  actualmente a  la investigación sobre las aventuradas operaciones realizadas, con su consiguiente agujero, desde el año 2000 por los altos ejecutivos de la cúpula de la Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI). Mientras veía  Margin Call en la 2 me vienen al recuerdo aquellos pasajes en los que  muchos de los directivos afectados afirmaban  que  ya alertaron en su día. En mi memoria aparece entonces un sindicalista que estaba al tanto de esas oscuras actuaciones y  que ahora no se sorprende de nada al ver las  comparecencias en la comisión de investigación de las Cortes. ¿Y por qué no dijiste nada?, le  inquiero. “Es que desde el sindicato me decían que mejor callar porque se ponía en peligro la credibilidad de la entidad, la confianza de los clientes y, en consecuencia, el peligro  de  miles de trabajadores. Sea por el mantenimiento de los puestos de trabajo, por asegurarse los directivos un dorado porvenir, por intereses codiciosos de personas al mando de corporaciones sin alma o  por la imagen del propio país se llegó a la situación actual. ¿Va a cambiar la cosa a partir de ahora? Soy pesimista. Como argumento me baso en una sencilla  apreciación: la inmediatez para realizar reformas laborales con la consiguiente precarización del empleo y la lentitud en establecer la tasa Tobin en las transferencias financieras por parte de la UE. O en la lentitud de los procesos  judiciales para dirimir responsabilidades  en los excesos de determinados banqueros       

El sistema, reforzado

La irrupción de Podemos en el panorama político español está provocando un debate mucho más rico que el de la campaña. El sistema ha salido reforzado y los descontentos no se echan al monte LEJOS de haberse resentido, el sistema ha quedado reforzado. Frente a

los negros augurios que vaticinan algunos locuaces tertulianos y el miedo a perder poder por parte de los aparatos del PP y PSOE, la ciudadanía puede estar contenta. Los cabreados no se han tirado al monte y muy pocos están por la revolución. El 15 M, germen de Podemos, fue una explosión popular, espontánea, asamblearia, sin líderes, estructura ni planteamientos políticos programáticos. Les unía una honda inquietud social cuyo paradigma fue la lucha para evitar el drama de miles de familias desahuciadas, en muchas ocasiones por la avaricia de los sectores financieros. Los resultados de las elecciones europeas en España han puesto de manifiesto que, además de su protesta en la calle, el  movimiento está dispuesto a participar en las instituciones. En tres meses han formado un partido y la sorpresa ha sido mayúscula, tanto

que ni siquiera se enteraron los especialistas demoscópicos del mismo sistema. Era lo que se les pedía, que se mojaran. Pues ya está aquí Podemos, participando en política.

Tras el primer descoloque, en el “TDT party” –cada vez que hay un insulto a Podemos o se les acusa por Felipe González de bolivarianos ganan votos los seguidores de Pablo Iglesias- y desde parte del aparato de los partidos de siempre se ha criticado del excesivo protagonismo mediático de Pablo Iglesias. Y buena parte de quienes argumentan o están detrás de quienes argumentan controlan directamente los medios públicos e, indirectamente, muchos medios privados. Con argumentos de comunicación ha terciado, Javier Lambán, secretario general de los socialistas aragoneses. Así, junto a la sinceridad de que no han sabido canalizar el voto del descontento, ha puesto el acento en que “quienes debían trasmitir el mensaje en el PSOE han carecido de credibilidad”. Cómoda reflexión para quien debería pensar primero que para comunicar bien hay que saber qué se comunica y qué hechos y acciones le avalan.

El PP ha estado prudente como corresponde a Rajoy, pero el presidente de Galicia, Núñez Feijoo, ha sido claro al expresar que no es suficiente la mejoría económica y ha hecho una clara alusión a la corrupción.

No parece que lo tengan fácil los dos grandes partidos. Por mucho congreso y reajustes su estructura está bastante oxidada y el reparto de poder se sigue basando en las adhesiones inquebrantables, en el reparto de favores y la distribución de sinecuras. Y la prueba es que los representantes del sistema no han hecho nada para adelgazar la administración -en Aragón 6 niveles: europea, central, autonómica, provincial, comarcal y local-. ¿Dónde ha quedado la propuesta hecha hace tres años por Rubalcaba de suprimir las diputaciones? Ese adelgazamiento tampoco ha afectado al Senado, templo donde pagar canonjías o prejubilaciones a cargos políticos ya jubilados ó amortizados. En la DGA,  hay áreas donde casi no hay nada que hacer porque no hay pasta –y menos que habrá con el déficit desbocado-, pero Vivienda o Cultura siguen teniendo la misma estructura política. Las partidas de protocolo, “agit prop”, comitiva y seguridad, tan insultantes en anterior legislatura autonómica, han descendido pero ha costado que disminuyera algo el gasto de coches oficiales de las Cortes de Aragón o que desapareciera la prebenda de que gozaban los diputados al poder comer por 3,05 euros en la Aljafería, cuestión sangrante sobre todo si se compara con los 6,81 euros de un menú en la escuela, con el recorte de becas aparte.

Sí, esos últimos pueden considerarse ejemplos nimios para el cómputo global de un presupuesto pero son gestos que distancian al político del ciudadano y un síntoma de otros privilegios. A su vez, la lentitud en reaccionar no es la misma que a la hora de quitar becas o actuar en las listas de espera. Algo parecido sirve para Europa, muy rápida y eficaz para exigir medidas laborales y bajadas de sueldos,. pero muy flemática para el control de los desmanes financieros o establecer la tasa Tobin. Con todas las reservas que pueda generar Podemos por la fina raya que separa la sensatez del populismo –el tiempo lo dirá-, los que creemos en que la política democrática es la única y mejor forma de gestionar la cosa pública saludamos la entrada de nuevas fuerzas que oxigenen el sistema. Y no hay por qué asustarse contrariamente a lo ocurrido en Francia con el avance de la extrema derecha. Quiénes si me estremecen son aquellos políticos corruptos –y que conste que son una minoría frente a muchos que se entregan- y representantes de poderes fácticos que arropados por sus aparatos y el sistema se aferran a su poltrona antes de dimitir o quienes son incapaces de reconocer que muchas cosas se han hecho mal y otras son injustas. Como apunta Gregorio Morán en La Vanguardia, “Ponerle a Millet  una pena de un año, a Diaz Ferrán de dos años y el doble de al piquete de trabajadores que forzó el cierre de una tasca el día de la huelga general, entenderán ustedes que no hace falta ser leninista ni bolivariano –cosa que aún no sé qué significa – para pensar que la Justicia ha vuelto a sus orígenes de clase, como lo fue toda la vida con escasas excepciones”. 

Barcelona, Mequinensa i l'Historia

Barcelona, Mequinensa i l'Historia

ESTE ARTÍCULO ESTÁ ESCRITO EN LA LENGUA CATALANA PROPIA DE LA LOCALIDAD ARAGONESA DE MEQUINENZA. EN LA REDACCIÓN HE CONTADO CON LA COLABOIRACIÓN DE MI SOBRINO CORMAC SAMBLANCAT BARDAJÍ Y EN LA ADAPTACIÓN AL CATALAN DE MEQUINENZA CON LA CORRECCIÓN ESTILÍSTICA DE MAITE MORET A QUIENES AGRADEZCO MUCHO SU AYUDA. 

 

 

 Vaig estar fa un mes a Barcelona. Continua essent una ciutat bonica i agradable, oberta i amb moltes ofertes culturals, lúdiques i turístiques. Les Rambles estan plenes de guiris i a la Sagrada Família les files són immenses. No obstant això, de vegades, l’onada nacionalista provoca un sentiment d’ofec. Però, si un es protegeix, pot gaudir-la, i molt.

Tal com estan els temps, és obligat perdre’s pel Born on ara fa 12 anys van aparèixer unes ruïnes amb testimonis de diferents èpoques. Però els que realment l’enalteixen són les de fa 300 anys, perquè recullen la resistència dels barcelonins el 1714 a les tropes borbòniques de Felip V i que el sentiment independentista ha sabut explotar de manera maniquea per als seus objectius. La forma, no el fons, d’explicar-ho està molt bé. Els millors suports, recreacions infogràfiques i audiovisuals, textos i mitjans pedagògics. Aquí a l’Aragó es pot dir el mateix de molts monuments com, entre d’altres, l’Aljafería. No és el cas de La Seo per la qual la societat ha estat incapaç de posar-se d’acord -L’Església, Ajuntament i Govern d’Aragó-, per tal d’aconseguir una bona difusió i proposar una acceptable guia didàctica que permeti fer comprendre la riquesa d’un edifici on s’arreplega la complexa història del nostre territori, amb les seues manifestacions religioses, artístiques, culturals, socials i polítiques d’un període que va des dels romans fins a l’actualitat.

Al Born, vaig tenir una gratíssima sorpresa. Hi havia una exposició temporal tributant a Jesús Moncada, el mequinensà que amb el seu llibre Camí de Sirga va donar a conèixer la història màgica d’aquell poble del Baix Cinca a tot el món. Una mostra de fotografies de Moncada s’exhibia amb bon gust. Són imatges de la part del poble inundat, “el Poble Vell”, que l’empresa ENHER va destruir als anys 60. Impressionen aquestes escenes de la vida quotidiana pel seu realisme. No és, potser, l’indret més adient per a un Moncada universal i m’imagino que els organitzadors no volen utilitzar l’escriptor per a fins nacionalistes.

En tot cas, els catalans saben agrair els valors de Moncada que escrivia en catalá, introduïn localismes i dialectalismes de la localitat aragonesa de Mequinensa, amb la pàtina de la garbinada, el vent propi d’aquesta zona de l’Aiguabarreig conformada pel Cinca, el Segre i l’Ebre. Sí, aquest català que la rància dreta aragonesa no vol acceptar. De fet, a Catalunya l’obra de Moncada ha estat valorada durant la vida i després de la seua mort. Va rebre el premi “Ciutat de Barcelona” o la “Creu de Sant Jordi”, l’any 2001. A l’Aragó gairebé no van tenir temps per fer-li un homenatge. Solament uns mesos abans de morir Moncada va obtenir el premi de “Las letras Aragonesas” l’any 2004. M’agradaria molt veure més exposicions de l’autor de Camí de Sirga o de la Galeria de les estatues a Saragossa o a Osca. La consideració d’aquest personatge es reduí gairebé únicament a Mequinensa on hi ha un museu i la batllessa Magdalena Godia està entestada a recuperar i treure a la llum les ruïnes del Poble Vell.

He tingut la fortuna de conèixer més a Moncada, no solament pels seus llibres, sinó per la seua proximitat humana que m’ha aportat a mi i als estudiants de periodisme, la professora de català de l’Universitat de Saragossa, Maite Moret. Les ruïnes del Poble Vell de Mequinensa volen escenificar una història viscuda, un record amable encara que no ens podem oblidar de la immundícia de la política hidràulica franquista que, per cert, amb la construcció dels embassaments de Riba-roja i Mequinensa y la seua generació d’energia elèctrica va contribuir i contribueix al desenvolupament de la Catalunya d’avui.

 Las ruïnes del Born de Barcelona –a on inicialment es volia instal·lar una biblioteca-, tenen un rerefons d’odi. En elles i en l’exposició temporal del Museu d’Història de Catalunya s’explica una història de bons i de dolents. I com tots els nacionalismes, simplista. És una manera de treure suc a la història.

N’hi ha una altra. A Saragossa, el 1808 va servir per celebrar dues exposicions -1908 i 2008- que enaltien l’entesa entre pobles i miraven al futur. A Girona, però, que va patir, també, un terrible setge napoleònic, la commemoració va passar inadvertida. És clar que els francesos no ens van treure els furs a Catalunya i Aragó ni tampoc el Justícia. Tot i això prefereixo l’entesa i no el diàleg de sords entre el nacionalisme espanyol i el català, perquè hi ha moltes coses que ens uneixen.

Aragón. ¡Intervenidos!

Aragón. ¡Intervenidos!

No. No es lo mismo que lo que les ocurrió a los países PIG (Portugal, Irlanda y Grecia) pero se le parece. En Aragón estamos intervenidos y el Gobierno de España y el de la UE  van a vigilar al Ejecutivo PP-PAR qué dinero va a gastar,  cómo y en qué. Tras el descalabro de su línea de flotación  y por tanto del principal argumento de su política autonómica, la gestión de la presidenta Rudi  va a consistir en cómo resarcirse del déficit de 264 millones –según la metodología marcada por Madrid y las normas de la UE- o de los 81, según las propias cuentas realizadas en la sede del Pignatelli. Habrá que reconocer que ha habido  fallo en los sistemas de cálculo de ingresos y  una política desacertada mantenida en los últimos tanto por la coalición PP-PAR y la anterior del PSOE-PAR. En el último ejercicio, además, se ha lanzado el  Plan Impulso, un remedo de los ‘PLANER’ de Zapatero, destinado a pagar deudas pendientes y que ha servido para maquillar las cifras del paro, con un efecto gaseosa sin planificación a largo plazo.  Ahora, como hemos hecho muchos aragonesitos de a pie, hay que reducir  gastos. La tarea del consejero Campoy es complicada con unos presupuestos ya aprobados y en vísperas de la tempestad electoral de las europeas y las autonómicas  y municipales  del año próximo.  ¿Y por dónde? En privado, dirigentes y concejales del PP   de   muchos pueblos y ciudades - como antes ocurría con los del PSOE -  reconocen que se han hecho muchas cesiones al PAR. Dicho de otra manera que los nacionalistas han tenido  y tienen mucho más poder, con sus compartimentos estancos, que el que les corresponde  por los votos.  Una apreciación que no exime a los dos grandes de su responsabilidad en muchos dispendios. Ahora, antes que volver a tocar la sanidad, la enseñanza  o ayudas a la dependencia,  está claro que las empresas públicas, institutos,  organismos autónomos o patronatos muchos de ellos  controlados por los nacionalistas (Motorland, el IAF o el FITE) están en el punto de mira. Y también el dimensionamiento de la administración que en Aragón tiene seis niveles: la europea, central, regional, provincial, municipal y comarcal, está última muy bien tratada. Este panorama genera y sigue generando muchas duplicidades y gastos fácilmente amortizables amén del correspondiente clientelismo político.   Y puestos a racionalizar,  habrá que ir pensando en la optimización de recursos mediante acuerdos de las dos televisiones públicas existentes en  Aragón. De paso, eliminar algunos privilegios que  suponen muy poco, pero que tienen una misión ejemplarizante, como por ejemplo, uno entre otros, los 3 euros para el menú de los diputados. Por cierto, ¿qué hubiera pasado de seguir el anterior consejero, Mario Garcés al que sustituyó el dimitido José Luis Saz, y que entró con muchas ínfulas recortables,  resultaba  incómodo al PAR, a Biel y, o por molesto, o fruto de su propia ambición, fue defenestrado hacia arriba para ocupar el cargo de  subsecretario de Fomento de Rajoy?  

Las cuentas de Rudi

Las cuentas de Rudi

Luisa Fenanda Rudi, presidenta del Gobierno de Aragón, ha sido y es una política prudente, moderada, que no suele discrepar con Rajoy -ni antes con Aznar- y que asume los principios de orden que marcan la línea del partido, sobre todo la conservadora como la ley del aborto. De esta ’virtudes’ ya dio cuenta a su paso por el Ayuntamiento de Zaragoza donde, tras un periodo de desorden socialista, puso orden en las finanzas municipales. A cambio, macetas para reverdecer las plazas duras y actuaciones subterráneas para resolver las viejas tuberías que día sí, día no, causaban más de un serio susto a modo de reventón. La presión popular le obligó a replantear el trazado del AVE con la consiguiente sutura de la cicatriz urbana que separaba Delicias de La Almozara. Fue la actuación más audaz. Cogió el testigo José Atarés. Con un talante más cercano y actitud ’rocera’, el fallecido alcalde dio un poco de vidilla y se atrevió a nuevas apuestas urbanísticas para una ciudad del futuro. Catorce años después de abandonar el Ayuntamiento, a Rudi se le cae su más importante leit motiv: el control del déficit público. En Aragón, hemos pasado de ser los más obedientes y aplicados a, de la noche a la mañana, saltar del 1,3 %, fijado por el Ministerio de Economía, al 2%, con déficit de 254 millones. Disputas sobre métodos de cálculo y discrepancias ahora con Montoro aparte, Rudi y su consejero José Luis Saz  reconocen que de 81 millones de desajuste no nos libra nadie. ¡Y aún dice que solo! La pregunta es a dónde irán los recortes y si, siendo el control del gasto el objetivo estrella, va a haber alguna dimisión. Es cierto que el Gobierno PP-PAR ha racionalizado gastos tras las alegrías últimas del PSOE-PAR. Pero aún hay más tajo para ahorrar en las empresas públicas , en el funcionamiento de la Administración -seis niveles existen en Aragón- y la sarta de organismos con el márchamo del PAR. No sería mucha contención –como tampoco que los diputados dejen de tener el privilegio, entre otros, de un menú a 3 euros-, pero todo cuenta si se trata de evitar más cierres de camas hospitalarias, la masificación de las aulas o la ausencia de ayudas para las personas dependientes. La tijera puede utilizarse también, en vez de estas áreas, en muchos recovecos políticos y administrativos de encefalograma plano como Cultura o Vivienda, por poner unos ejemplos. Y junto a todo esto, una buena gestión puesta en entredicho con las cuentas para no lastrar el anunciado impulso.

Vida a partir de los 50

El joven  tiene fuerza y espíritu, ganas de comerse el mundo, está bien preparado, con idiomas y sin miedo a viajar y conocer nuevos mundos.  Centenares de miles conforman la generación perdida y aguantan por la red familiar. Pero hay otro segmento de edad al que no se le presta suficiente atención y al que se le puede considerar también otra generación perdida. Son los mayores de 45 años que engrosan una cifra superior al millón y medio de parados del conjunto de los casi seis de millones de la Encuesta de Población Activa. Una encuesta de  la Asociación de Directores Recursos Humanos de Cataluña (AEDIPE) establecía este otoño que un  75% de las empresas no aprecian suficientemente el valor del capital humano que supera los 45 años .  Lo primero que hacen las compañías cuando las cuentas de resultados empiezan a fallar es prescindir del talento de sus trabajadores de entre 45 y 65 años. De esta forma, el negocio  pierde algo tan importante como la experiencia, capacidad crítica ante las decisiones de arriba y la memoria, cualidades  sustituidas por energías avasalladores  pero sin referentes. Lo explica muy bien la escritora argentina Claudia Piñeiro en su libro ’Betibú’.  Un joven recién escudillado se mueve con extraordinaria facilidad por las redes sociales pero, en su actividad periodística, le falta olfato, mucha literatura, comprensión del mundo actual y muchas copas con  gente de los altos y bajos mundos. Al final, para resolver un asesinato  un viejo colega  apartado en la sección de cotilleos entra en acción y ambas experiencias se complementan. La relegación por edad se produce  en el sector privado y en el público. En una reciente convocatoria de la Comunidad de Trabajo  de los Pirineos, a uno de los aspirantes  seleccionados para una plaza de Comunicación  se le instó a responder por parte del jurado si su edad, más de 50 años, era la adecuada dado que  la mayoría de los integrantes de la oficina  ubicada en Jaca tenían una edad de entre 30 y 35 años. Es posible que sus méritos  no fueran los adecuados para conseguir la plaza, pero la ofensa y el desprecio a la igualdad de oportunidades,  consagrado en todas las constituciones democráticas y en el tratado de la UE a la que está vinculado el organismo pirenaico, ya se habían cometido. Por supuesto, ni una disculpa. Con estas actitudes, la sociedad está perdiendo oficio y conocimiento. Y además se coloca en  una terrible situación a muchos profesionales que van a tener serios problema para reintegrarse en el mercado laboral. 

Llanto por los aligustres

 

Los dos pequeños aligustres de la calle Espoz y Mina de Zaragoza, plantados  la semana pasada, corren el riesgo  de pasar a mejor vida. Este vaticinio está alimentado por los hechos desde hace 15 años. Debe ser ya la decimoquinta vez que ocurre. Cada febrero, como es habitual, las brigadas municipales o de la concesionaria correspondiente proceden a revisar los alcorques y plantar la especie adecuada en el espacio vacío. Suelo alertar a través de estas páginas de que, si no se procede a poner una pequeña y sencilla protección, los arbolitos pronto serán segados de cuajo. A pesar de su lucha por la supervivencia, son tan enclenques que sucumben a los efectos devastadores del osado e inexperimentado conductor  que elige el lugar para llevar a cabo su maniobra o de las meadas,  vómitos y  zarandeos de una minoritaria chusma en la madrugada. Mi advertencia no ha debido llegar casi nunca a la concejala de turno de Parques y Jardines de turno, pues no se me ha hecho ni puñetero caso. Con lo cual, se pone de manifiesto la escasa prescripción de esta columneta. Lo del aligustre da para hablar de cosas cercanas, como la esquina de mi calle y, a la vez, universales. ¡Quién no ha intentado plantar un árbol y a quién no se le ha muerto!.

A los  aligustres le dejaron sin protección después de que unos cuantos operarios se afanaran en trasladarlo de su burbuja del vivero, removieran la tierra del alcorque con una retro y lo plantaran. Todo un trajín con su correspondiente huella de CO2, componente al que, precisamente, se trata de combatir con la repoblación. Parece insignificante, pero si multiplicamos la actitud contumaz de los gestores municipales por el número de aceras sale una inversión astronómica dilapidada y una muy mala imagen de la ciudad. La crisis ha provocado borboteos de imaginación para salir del hoyo. En este caso, ni siquiera hace falta. Sólo un poco de sentido común es suficiente, máxime cuando los recursos  son escasos, y así se nota en los espacios verdes de la ciudad. Sin ir más lejos, el solar de oro que da al salón de la ciudad empieza a ser un vertedero.    

Habitantes del interior

Habitantes del interior

Vinieron a Zaragoza con lo puesto a mitad del siglo XX. Ocuparon una portería en Sagasta -entonces General Mola-, compraron  una parcela en Torrero, se alojaron en un piso sindical en Delicias... Los más pudientes montaron un colmado. Hubo muchos que se arremangaron para trabajar de peones,  taxistas, operarios de taller. Dejaron de ser amos y a veces caciques en su pueblo para engrosar la legión de proletarios industriales. Abandonaron a la fuerza sus casas inundadas por los pantanos o desvencijadas por el paso del tiempo. La mayoría, al ver que su  modo de vida en unas explotaciones descapitalizadas no podía competir con los tiempos de mecanización, del tractor o la empacadora, dejaron a la suerte del viento y la lluvia sus viejas mansiones. También su economía autárquica, de trueque, las tareas marcadas por el ciclo del campo, sus ferias y sus muertos. En su éxodo recorrieron los caminos y diabólicas carreteras, cuyo trazado se asimilaba a una cuerda metida en el bolsillo. Sus hijos, que  ’cubillaron’ el tejado, presumen ahora de tener pueblo. Y regresan a la fiesta del verano. Desde entonces, a pesar de la hégira de cientos de miles a Francia o Cataluña, Aragón ha aumentando en población, pero en  beneficio de la capital y con gran detrimento para los pueblos.  En los años 50, Zaragoza tenía algo menos de 300.000 habitantes y el resto 800.000. Ahora en la urbe viven casi 700.000 almas, mientras en las tres provincias escasamente superan los 650.000. Cientos de localidades van a desaparecer en los próximos años y eso a pesar del impulso turístico en las áreas de nieve, en la mejora de las carreteras, de los servicios sanitarios y en el avance de las nuevas tecnologías, que  permiten salir del aislamiento secular. Pero vivir en un pueblo sigue siendo más caro sobre todo si los hijos tienen que ir a  estudiar. Hay comarcas especialmente críticas como Daroca-Campo Romanos a la que en 1982 UCD pretendió salvar con la instalación de una cárcel. En otras, como Cuencas Mineras o Andorra-Sierra de Arcos, las inversiones millonarias para paliar las crisis minera se han enterrado en  polígonos industriales ahora fantasmales, en infraestructuras innecesarias -en Castellote hay hasta una plaza de toros- y en la alta  indemnización a mineros jubilados con 45 años y pensión para toda la vida, lo que no ha contribuido a crear una cultura de emprendimiento. En el territorio, han aparecido  multitud de agentes de desarrollo o de empleo. Muchos de ellos son verdaderamente eficaces, movidos e inquietos. Organizan cursos, buscan inversiones, están atentos a las ayudas, apoyan a quienes tienen iniciativas empresariales. Otros, beneficiarios del clientelismo comarcal, con una matacía popular o una ferieta ya han cumplido. Algunos ni siquiera viven en la localidad. Un fenómeno bastante frecuente. Cientos de médicos, ATS, maestros, veterinarios realizan todos los días largos desplazamientos. Además de emitir CO2, no participan de la realidad social del lugar donde trabajan ¿No podría ser la legislación más flexible y que la residencia puntuara a la hora de otorgar esas plazas para los empleados públicos? Los  territorios de la antigua Celtiberia, como medio para salvar la depresión demográfica, piden estos días una financiación especial a Europa. El dinero no es suficiente.

La brecha cultural

La brecha cultural

Algo mal se está gestionando en la crisis cuando las diferencias entre ricos y pobres ha aumentado en España y estos últimos son cada vez más. Algunas medidas gubernamentales constituyen un paradigma claro de la contribución a este triste fenómeno. El Ejecutivo de Rajoy decide rebajar el IVA a las compras de las obras arte, poco antes de la cita internacional de la Feria de arte, Arco. ¿Quiénes son los que pueden adquirir estas creaciones que pueden alcanzar un precio de cientos de miles de euros y hasta millones? Pues parte, no todos, la gente con muchos posibles, los jeques árabes y los chinos que se van haciendo poco a poco con el mundo. Serán ellos quienes se harán con lo mejor para convertir un arte en prestancia social y en pieza de especulación. Por tanto, serán una minoría de privilegiados quienes se benefician de la reducción del impuesto.

No me meteré en la razón artística que impera en Arco y en la aportación a la sociedad como las innovaciones que se derivan tras la vanguardia. Era Deschamps quien decía que arte es todo aquello que uno quiere que sea arte. Tras este aserto, sin embargo ocurre en muchas ocasiones   este tipo de ferias encumbran la comercialización en gran medida. Y el objeto de deseo será para muy pocos pudientes, si no es guardado en la caja fuerte. Mientras tanto, la legión de ciudadanos se quedará en casa porque la entrada en el cine o el teatro es prohibitiva. A su vez, los grupos musicales, bandas, solistas, cantantes y orquestas de las fiestas estivales tienen cada vez más difícil hacer un bolo. Otros  como el zaragozano recientemente galardonado con un Goya, Gaizca Urresti, luchan con tenacidad y creatividad por sacar adelante su productora y sus proyectos fílmicos. Al zarpazo del IVA se une la exigua aportación de la Dirección General de Cultura de la DGA, cuyos fondos de apoyo que servían para animar el cotarro han recibido un buen tajo, dejando la aportación en algo testimonial. Y es que la cultura, en sus distintas manifestaciones,  alimenta el espíritu, provee de entretenimiento y favorece la imaginación, algo tan necesario en estos tiempos obscuros e inciertos. Pero la cultura es también un elemento de dinamización económica. Bien lo sabe Wert en su esquema de rentabilidad divina y exquisita. Hay otros ejemplos más populares. Sin ir más lejos, en Zaragoza contamos con la factoría Entropy Studio que es la encargada de los escenarios virtuales y los efectos especiales de ficción de la serie ‘Galerías Velvet’, de Antena 3, que tanto éxito de audiencia cosechó el pasado lunes. O en Huesca, a Rampa que monta escenarios de acontecimientos musicales y cuya incidencia traspasa nuestras fronteras. Hay otros muchos emprendedores, compañías teatrales, agentes, gerentes de salas musicales y expositivas que solo necesitan un pequeño soplo para desarrollarse, porque inteligencia y ánimo existen. Son un amplio colectivo que quieren crear para la mayoría. De seguir así, la brecha seguirá abriéndose entre unos pocos favorecidos por la fortuna y la colectividad.

El cierre de Canal Nou

El cierre de Canal Nou

Como ciudadano contribuyente  estoy de acuerdo con el cierre de la televisión valenciana. Como periodista, también. La razón, el despilfarro. Canal Nou cuenta con más de 1.600 trabajadores, algo más que las plantillas Antena 3, Tele 5 y La Sexta juntas; su audiencia no alcanza el 4 %;  está bajo sospecha por una investigación relacionada con la trama Gürtel; las contrataciones laborales han sido en muchos casos arbitrarias  y el déficit acumulado  es de 1.200 millones.  Le doy la razón al presidente Fabra cuando dice que antes de cerrar una planta de hospital  o una escuela prefiere  acabar con un canal televisivo. Puedo discrepar en que las cosas se tendrían que haber  hecho de otra manera y no como consecuencia de una sentencia que revoca  un ERE chapucero. Como en otras actuaciones de la Generalitat Valenciana (Terra Mítica, Ciudad  de las Letras y las Ciencias, la quiebra de la CAM),  hace años que se deberían haber tomado medidas y proceder poco a poco a una gestión  rentable, eficaz y trasparente. Lo de pedir responsabilidades a los gestores políticos por tales desaguisados ya ni lo digo. Como  periodista me duele el hachazo laboral que afecta a más de un millar y medio de trabajadores y entiendo su cabreo. No comprendo, tanto, el prurito de dignidad que les ha entrado, cuando  algunos de lo que los que protestan  han tenido responsabilidades en una gestión  informativa nefasta y manipuladora.  Desde este medio, se ha venido haciendo una  política de “agit prop” y se  han silenciado hechos como el proceso de los trajes de Camps o las investigaciones y lagunas del accidente del metro de Valencia. Y se han emitido  durante una larga temporada tertulias  dirigidas  por  Isabel Durán con contertulios traídos de Madrid. Se imagine el lector la línea ideológica. Y todo porque dicen que la tal Durán entrevistó en su día  a Francisco Camps, a este le gustó su estilo y la fichó. Ah!, se me olvidada, Canal Nou fue pionera de los programas basura con ese indigesto espacio “Tómbola”. Es verdad que todos estamos acongojados ante la pérdida  de un puesto de trabajo, pero en fin, algo de dignidad… Siempre me ha inquietado esa degradación del periodismo que padecemos y la tele valenciana es un ejemplo. La de Madrid otro en derroche, agitación (como instigadora, por ejemplo, de la teoría de la conspiración del 11 M)  e insignificante audiencia. Es verdad que todas las televisiones autonómicas no son lo mismo, pero quizás entra dentro de la sensatez pensar que en buscar una fórmula de gestión conjunta de la 2 y la correspondiente  autonómica. Se optimizarían  los recursos  y  se lograría una mayor proyección.

La orgía o la lectura/la orgía o el amor

La orgía o la lectura/la orgía o el amor

 

En algunos hoteles  se habilitan espacios donde no llegue la wifi porque no hay manera de desconectar.  Recibir  un correo electrónico  te puede distorsionar todo el día. Nos informamos compulsivamente, con los peligros  que tal actitud genera para  consolidar la sabiduría y el conocimiento.  Cuando ya en algunos ambientes se había logrado aparcar el móvil, ahora  ya ni siquiera se considera una falta de  educación consultar el "whatsApp" y cualquier impulsiva ocurrencia modifica el rumbo, el tono y el ritmo de una conversación.  Qué lejos queda aquella imagen de nuestras abuelas que  ante la llegada de alguien  guardaban la visita, que no consistía en otra cosa que en recoger  las agujas y la lana en el costurero. Tener un espacio sin wifi podría ser dentro de poco un privilegio, el del silencio.  Leer la prensa en las pantallas se convierte, a veces, en una especie  de orgía sexual, según dicen los que la han experimentado.  Sabes dónde  empiezas pero no dónde  acabas ante tal número de estímulos del hipertexto. Acabas exhausto  y desconcertado, sin saber  a quién o qué  has tocado/leído, quién  te ha excitado/entusiasmado o de dónde te ha venido el estímulo/la información.  Leer  en papel se parece mucho al acto íntimo de una pareja. El libro se abre, penetras en sus páginas, lo acaricias, te emocionas, asimilas  despacio las emociones  y vuelves a encontrarlo a la noche siguiente dispuesto a ofrecerte el placer de la lectura. Del libro, del de papel y el electrónico, se habló esta semana en Barbastro en el Congreso del Libro electrónico organizado por la Diputación de Huesca y con la garantía de F. Gª Mongay. Algunas conclusiones: No se puede dejar pasar el tren de las tecnologías, hay y habrá espacio para la convivencia  digital e impresa. Con la primera,  puedes leer en los lugares más recónditos, pero con la segunda aprecias las sensaciones táctiles. En el proceso para acceder a  los contenidos del  ebook o la tablet, el  lector tiene como guía algo tan simple como el ranking. En el volumen  impreso, cuenta con  la complicidad  de un librero que se convierte en  tu mejor  prescriptor. Ah! Ojo con el todo o casi gratis que, como en la prensa, deteriora  la creación. Para saber más, www.livecongress.es, donde está  todo muy bien explicado. Otra  ventaja de las nuevas tecnologías.

 

 

Foto de la clausura del Congreso del ebook de Barbastro. (25-10-2013) Cobertura de Livecongress.

Entre todos, falsa solidaridad

Entre todos, falsa solidaridad

“Entre todos” es un programa de TVE importado de Canal Sur en el que  personas con serios problemas de salud  piden a la audiencia una ayuda para solucionar su problema. Emitido diariamente a la hora de la siesta, justo en ese momento en que los españoles bajamos las defensas, está presentado por Toñi Moreno, una mujer quien sabe como nadie manejar la fibra sensible  y conmover al público para que se solidarice y colabore con aportaciones económicas   o en especie (en el último programa apeló a esos sentimientos  de albañiles, carpinteros  o pintores que pudieran echar un mano a una familia cuyo  hijo tiene problemas de movilidad y necesitaba una vivienda adaptada) para la resolución de un problema. El programa es de esos de los que, en principio, hace bien, se resuelven casos dramáticos y los donantes se sienten gratificados por haber realizado una obra caritativa. En tiempo de crisis cuando  la red familiar y vecinal, así como las organizaciones como el Banco de Alimentos o Cáritas están llevando a cabo una tarea ímproba para atender a los millones de españoles sin recursos, el programa en cuestión podría tener la misma consideración y valoración social. Pero en este caso, su carácter público provoca la sospecha de que la Administración quiera desviar la atención de sus obligaciones con la política social, escolar o sanitaria seriamente dañada  con los severos recortes. “Entre todos”,  al final, es una lotería que no tiene nada que ver con  la universalidad. El tono que le imprime la presentadora, rayano en lo sensiblero, ñono y demasiado afectado,  el sometimiento al conocimiento de toda España de unas vivencias personales y la conversión de un problema social en un espectáculo de rasgos de periodismo amarillo con dosis morbo son cuestiones que afectan a la intimidad,  base de la dignidad de las personas.  Tampoco, como sería incuestionable, se establece un seguimiento adecuado a cada caso que establezca criterios sociales, de jerarquía o de idoneidad. Por razones como estas,  el Consejo General del Trabajo Social ha pedido la retirada de “Entre todos”.

Zaragoza desde las alturas

Zaragoza desde las alturas

 

Lleva unos días instalada y se ha apoderado de la retina  de los zaragozanos, quienes desde el valle  siempre soñamos con las aturas, aunque solo sea porque en los días claros  desde algún rascacielos divisamos las cumbres pirenaicas.  La noria festiva, junto al puente de Santiago, nos invita a fantasear. Tenemos varias torres en la ciudad. Podemos subir a la del Pilar y, en alguna ocasión, a la de San Pablo, a la racionalista de la Cámara de Comercio, a la de San Antonio financiada por Mussolini, y,  temporalmente a la del Agua,  edificio varado como lo está la ballena del Pabellón Puente. Qué pena da entrar ahora y ver un espacio vacío que costó 80 millones de euros, casi el triple de lo presupuestado –es lo que tienen las divinas y divinos del  renombre de Zaha Hadid; nadie se mete con  ellos. Su genialidad les permite licencias que nos cuestan un pastón-  sin que haya quien le saque un rendimiento cultural de fuste. A otros monumentos que nos trasladan al mudéjar, como las torres de la  Madalena o San Gil no sé de nadie que haya subido. Y en la Seo solo algunos privilegiados. La noria me trae otros recuerdos urbanos. Sin ir más lejos, Toulouse. El artefacto está enclavado estratégicamente, a orillas de “La Garona”, ese río cuyas primeras aportaciones provienen del Forau de Aigualluts en el Aneto. Igual que en Zaragoza, al otro lado, está el Casco Viejo con la plaza del Capitolio, tan española, la plaza de la Trinité  o callejuelas  como la de Les Filatiers con el mismo bullicio que el Tubo. Desde la noria se divisan la catedral de  Saint-Étienne y la basílica de Saint Sernin, con sus orígenes románicos. En Francia, país laico, las iglesias son propiedad del Estado. Aquí las mantenemos y restauramos entre todos, pero en La Seo, los horarios  de las visitas, pagadas, son reducidos. Ni siquiera hay una gestión conjunta que permita su divulgación cultural con guías accesibles. Desde la noria se observa el cauce de “la Garona” con sus   riberas y un bateau ante el que la navegación fluvial del Ebro parece un remedo. Me subiré a la noria de Zaragoza. Me gustaría que se quedara y que también que hubiera un recorrido, dentro de un paquete conjunto, por las torres de Zaragoza para ver la ciudad desde distintas perspectivas y subiendo por escaleras mudéjares, góticas, barrocas, racionalistas o futuristas.

Comarquetas

El turista o viajero espera encontrar en Aragón un territorio con cultura propia al tiempo que alacena de acervos provenientes de Francia, Cataluña, Navarra, País Vasco, Valencia o Castilla. Sabe que  es fácil la conectividad a Internet y que, en general, hay buenas comunicaciones. En fin,  que estamos en la aldea global. Pero ese trotamundos inquieto, curioso y amante del disfrute natural  desconoce la existencia de unos gestores políticos  con una mentalidad  cerrada y localista empeñados en poner vallas al campo. Un ejemplo: Una pareja parisina enamorada del románico se dirige a una de las dos oficinas turísticas ubicadas en Aínsa –una comarcal y otra municipal-. Las eficientes profesionales cuentan lo de San Victorián  desde los vestigios paleocristianos hasta la última restauración. Les hablan de Muro de Roda, la Iglesia de Aínsa, el castillo de Samitier,  la torre de Abizanda o de las magníficas  e inquietantes  pinturas de San Juan de Toledo. Los viajeros galos quieren saber más. Han oído algo de San Juan de la Peña –ahora que  está cerca con la nueva carretera Fiscal-Sabiñánigo- o de la catedral de Románica de Roda. Pero el mapa no lo contempla.  Solo es del Sobrarbe. “Desolée”, contesta la guía quien para suplir  la falta de folletos –en la oficina municipal, una fotocopia del mapa del Sobrarbe- recurre a su propio conocimiento. Esas mentes diseñadoras de las campañas turísticas carecen de  una visión amplia de un territorio, el pirenaico que, en sí, forma una unidad. Si no lo contemplan para Aragón, referirse al románico de la Ribagorza catalana o de Sant Climent de Taull en el valle de Boí sería ya un sacrilegio.  Otra familia canadiense se interesa sobre religiones, creencias y brujerías.  Puede ir a Abizanda al museo de Creencias Populares. Pero en el mapa aparece la nada cuándo buscan Torreciudad, el Monasterio budista de Panillo o  el territorio de aquelarres de Las Paúles donde, en  1593, 22 mujeres fueron ejecutadas por ser brujas. Estos ejemplos se pueden trasladar a cualquiera de las “comarquetas” de Aragón. Al turista le resulta difícil encontrar cartografías que representen un espacio amplio, sin límites, en una clara muestra del pensamiento alicorto de nuestros gobernantes regionales, de ahora y de antes. Qué diferencia con la iniciativa privada en la que una empresa de rafting, barrancos y senderos vende tanto el Gállego como el Ésera, el Cinca, Guara, Ordesa, la Maladeta o el valle de Tena porque no conciben compartimentos estancos.

Cuestión de prioridades

El Zahorí

Antes de seguir con los recortes salvajes, el aumento de las litas de espera, el  deterioro de la calidad de la enseñanza pública o el incremento de la filas en los comedores sociales o caritativos, me apunto a la reforma de la Administración propuesta por Rajoy. Vayamos al grano de lo que nos ocupa aquí en Aragón.  Estamos en uno de los dos territorios españoles que cuenta con seis niveles de administración –la europea,  central, autonómica, provincial, municipal y comarcal- con los consiguiente  gatos, disfunciones  y duplicidades que tal estructura genera.

 No sé el sentido que tiene  “conlaque estacayendo” el Justicia de Aragón. Sí, está consagrado por el Estatuto, pero exactamente igual  al derecho a la vivienda garantizado por la Constitución al que no se le hace puñetero caso. El estatuto, en cualquier modo, no impide que sea un cargo simbólico sin la estructura actual. Otro ejemplo,  el aparato  político administrativo del Gobierno de Aragón. ¿De verdad hacen falta  dos direcciones generales , de Cultura y Patrimonio, que ahora gestionan recursos de miseria?. O la dirección general de  Vivienda en un momento que no hay planes de nada y otras muchas. ¿Pasaría algo por prescindir de la Cámara de Cuentas, tanto observatorio o centros de estudios. Se ha reducido  notablemente el aparato del “agitprop” de la DGA y el monstruo de las empresas públicas come menos galletas, pero se puede afinar bastante más.  Y, ¿de verdad hacen falta dos televisiones y radios públicas? Dudo mucho de que exista algo parecido en Europa.  La Corporación  de aquí, de las más baratas y exitosas,  nos cuesta 50 millones de euros al año. No me meto con el protocolo, la comitiva y seguridad – los coches y chóferes de portavoces y miembros de la mesa de las Cortes de Aragón- o con las dietas –hay días en que el alcalde Belloch cobra 1.000  euros por asistir a comisiones municipales- pero suprimir estas prebendas favorecería la comprensión ciudadana de la cosa pública. Un ejemplo menor que ayuda a clarificar y hacer extrapolaciones: en la era digital, donde el ir y llevar papeles ha pasado a la historia, de los 100 funcionarios del Parlamento aragonés, 27 son ujieres. Se deberían redistribuir, como también reducir el número de diputados, sobre todo en un momento en que la actividad legislativa está bajo mínimos. La de carreteras, hospitales y escuelas que se pueden hacer con una racionalización de recursos, que hay que hacer con tino y decisión.  Es cuestión de prioridades.

EL ZAHORI: ESCUELA DE TODOS

Escuela de todos

 

Rafael Bardají

 

En Graus, estudié de crío en el colegio Joaquín Costa. Aún se alzaba el brazo en alto y se cantaba aquello de “De Isabel y Fernando el espíritu impera…”. Nada que ver con Educación para la Ciudadanía, asignatura  de valores abiertos y democráticos  que el ministro Wert quiere eliminar, a pesar del estirón de orejas del Consejo de Estado,  para favorecer  una enseñanza doctrinaria y religiosa. La escuela grausina, de la que aún siento en la garganta el sabor amargo de la leche en polvo de los americanos, podría haber tenido cualquier otra denominación porque de Costa no nos enteramos nada. Alguno de los más agudos zagales se atrevía a destacar que gracias al pensador podíamos correr por la calle Barranco en bicicleta. Pero nada más.  En Graus se le puso más tarde el nombre de Baltasar Gracián al instituto. Y me consta que la comunidad escolar va sacando partido pedagógico del jesuita de Belmonte, y no solo  de su estancia en la localidad ribagorzana, a pan y agua. En Zaragoza, está el instituto Miguel Servet. Desde hace años profesores y alumnos, con el papel decisivo de Daniel Moreno, tienen al de Villanueva como una excelente excusa para impulsar el teatro, trabajos docentes y de investigación. Una dinámica que sirve para conocer la figura de este hereje quemado por la intolerancia de Calvino y perseguido  por la Inquisición Católica. El conocimiento en las aulas sobre  este humanista que pagó con su vida la  defensa de la libertad de conciencia se extiende a su influencia hasta la actualidad. Es una manera, como dijo este jueves Gemma Gonzalo, alumna de 2º de Bachillerato, de  provocar la reflexión y análisis.  Gemma y Pablo Jalón son autores, junto con otros compañeros, profesores y escritores,  del  VI tomo de los “Estudios sobre Miguel Servet”. Su capítulo,  “Un diálogo  actual sobre el Servet iconoclasta”, es un ejercicio sublime  de debate entre dos posturas, la de la fe cristiana y la agnóstica. El acto de presentación del libro contó con  José Luis Corral.  La interpretación musical  de Luís A. González,  de “Los Músicos de su Alteza” envolvió de un clima intenso el salón de actos. El instituto Servet es otro ejemplo más de una enseñanza  pública sin dogmas, participativa, plural, multicultural, creativa y con unos métodos pedagógicos  llevados a cabo con rigor y entusiasmo. Que no sigan atenazando la escuela de todos.