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El zahori

El 'safety car' de Joaquín Costa

El 'safety car' de Joaquín Costa

Este artículo se publicó en Heraldo en agosto. Como ahora se conmemora el centenario de Costa, quizas pueda ser sugerente. En la imagen ilustración de José Luis Cano del libro "Costa y la Prensa"

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Rafael Bardají-zahori

 

Cuando la situación es crítica, en las carreras de Fórmula 1 la organización saca a la pista el ‘safety car’ cuya misión es restablecer el orden. Los pilotos se someten a su disciplina. El ‘safety car’ no pretende llegar el primero. Su misión tiene un espíritu filantrópico. Cuando todo ya está en regla se vuelve a ‘boxes’ y dejar proseguir la carrera. En tiempos de grandes crisis, con el liderazgo de los partidos, sindicatos y patronal bajo mínimos, surge la tentación, aparentemente ingenua y paternalista, de buscar un salvador. En política como en las carreras, se llega incluso a provocar el caos en beneficio de uno. Algo así denunció Nelsinho Piquet, en 2008 en Singapur, al insinuar que fue presionado para inducir un accidente, que exigió la intervención del ‘safety car’, con el fin de favorecer a Fernando Alonso. Esta semana volví a escuchar en Radio Nacional la teoría del sagaz aragonés Leopoldo Abadías denominada el ‘coche de los sensatos’, en una metáfora del ‘safety car’. El argumento me pareció un tanto socarrón, pero su insistencia me dio qué pensar. En el automóvil irían las cuatro mejores personas para administrar el país durante  cuatro años y resolver, así, los problemas del país. ¿Quiénes son lo mejores en honradez, conocimiento, administración de recursos y buena educación? ¿Quiénes los elige? Porque, según Abadías, nada de partidismos ni “tonterías”. Allí es donde falla la teoría. Espero que los pensamientos de este economista, que acertó en el diagnóstico de los paquetitos de las  hipotecas basura y se ha convertido en una estrella mediática, no vayan  más allá de una ocurrencia para consumir en una tertulia sin fundamento. Y así me lo tomo. Abadías, por sus alusiones a la Restauración canovista, se acuerda de nuestro paisano Joaquín Costa que, tras su ingente  trabajo como investigador, divulgador, creador de ideas, su inteligente diagnóstico de la realidad española, sus críticas vehementes tronantes al caciquismo y su pasión republicana, apostó, en momentos de desesperación jeremíaca, por un ‘cirujano de hierro, por un ‘Soter’ -Salvador en griego- que sacara a España de ‘la ponzoña de la política’. El sistema no es perfecto, genera comportamientos caciquiles, se sirve de votos cautivos y la administración está hinchada –algo sobra, por ejemplo, en un esquema en el que se superponen gobiernos autonómicos, diputaciones y comarcas-, pero tendremos que saber sacarle partido y mejorarlo entre todos. El ‘safety car’ me hace temblar

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