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El zahori

El sistema, reforzado

La irrupción de Podemos en el panorama político español está provocando un debate mucho más rico que el de la campaña. El sistema ha salido reforzado y los descontentos no se echan al monte LEJOS de haberse resentido, el sistema ha quedado reforzado. Frente a

los negros augurios que vaticinan algunos locuaces tertulianos y el miedo a perder poder por parte de los aparatos del PP y PSOE, la ciudadanía puede estar contenta. Los cabreados no se han tirado al monte y muy pocos están por la revolución. El 15 M, germen de Podemos, fue una explosión popular, espontánea, asamblearia, sin líderes, estructura ni planteamientos políticos programáticos. Les unía una honda inquietud social cuyo paradigma fue la lucha para evitar el drama de miles de familias desahuciadas, en muchas ocasiones por la avaricia de los sectores financieros. Los resultados de las elecciones europeas en España han puesto de manifiesto que, además de su protesta en la calle, el  movimiento está dispuesto a participar en las instituciones. En tres meses han formado un partido y la sorpresa ha sido mayúscula, tanto

que ni siquiera se enteraron los especialistas demoscópicos del mismo sistema. Era lo que se les pedía, que se mojaran. Pues ya está aquí Podemos, participando en política.

Tras el primer descoloque, en el “TDT party” –cada vez que hay un insulto a Podemos o se les acusa por Felipe González de bolivarianos ganan votos los seguidores de Pablo Iglesias- y desde parte del aparato de los partidos de siempre se ha criticado del excesivo protagonismo mediático de Pablo Iglesias. Y buena parte de quienes argumentan o están detrás de quienes argumentan controlan directamente los medios públicos e, indirectamente, muchos medios privados. Con argumentos de comunicación ha terciado, Javier Lambán, secretario general de los socialistas aragoneses. Así, junto a la sinceridad de que no han sabido canalizar el voto del descontento, ha puesto el acento en que “quienes debían trasmitir el mensaje en el PSOE han carecido de credibilidad”. Cómoda reflexión para quien debería pensar primero que para comunicar bien hay que saber qué se comunica y qué hechos y acciones le avalan.

El PP ha estado prudente como corresponde a Rajoy, pero el presidente de Galicia, Núñez Feijoo, ha sido claro al expresar que no es suficiente la mejoría económica y ha hecho una clara alusión a la corrupción.

No parece que lo tengan fácil los dos grandes partidos. Por mucho congreso y reajustes su estructura está bastante oxidada y el reparto de poder se sigue basando en las adhesiones inquebrantables, en el reparto de favores y la distribución de sinecuras. Y la prueba es que los representantes del sistema no han hecho nada para adelgazar la administración -en Aragón 6 niveles: europea, central, autonómica, provincial, comarcal y local-. ¿Dónde ha quedado la propuesta hecha hace tres años por Rubalcaba de suprimir las diputaciones? Ese adelgazamiento tampoco ha afectado al Senado, templo donde pagar canonjías o prejubilaciones a cargos políticos ya jubilados ó amortizados. En la DGA,  hay áreas donde casi no hay nada que hacer porque no hay pasta –y menos que habrá con el déficit desbocado-, pero Vivienda o Cultura siguen teniendo la misma estructura política. Las partidas de protocolo, “agit prop”, comitiva y seguridad, tan insultantes en anterior legislatura autonómica, han descendido pero ha costado que disminuyera algo el gasto de coches oficiales de las Cortes de Aragón o que desapareciera la prebenda de que gozaban los diputados al poder comer por 3,05 euros en la Aljafería, cuestión sangrante sobre todo si se compara con los 6,81 euros de un menú en la escuela, con el recorte de becas aparte.

Sí, esos últimos pueden considerarse ejemplos nimios para el cómputo global de un presupuesto pero son gestos que distancian al político del ciudadano y un síntoma de otros privilegios. A su vez, la lentitud en reaccionar no es la misma que a la hora de quitar becas o actuar en las listas de espera. Algo parecido sirve para Europa, muy rápida y eficaz para exigir medidas laborales y bajadas de sueldos,. pero muy flemática para el control de los desmanes financieros o establecer la tasa Tobin. Con todas las reservas que pueda generar Podemos por la fina raya que separa la sensatez del populismo –el tiempo lo dirá-, los que creemos en que la política democrática es la única y mejor forma de gestionar la cosa pública saludamos la entrada de nuevas fuerzas que oxigenen el sistema. Y no hay por qué asustarse contrariamente a lo ocurrido en Francia con el avance de la extrema derecha. Quiénes si me estremecen son aquellos políticos corruptos –y que conste que son una minoría frente a muchos que se entregan- y representantes de poderes fácticos que arropados por sus aparatos y el sistema se aferran a su poltrona antes de dimitir o quienes son incapaces de reconocer que muchas cosas se han hecho mal y otras son injustas. Como apunta Gregorio Morán en La Vanguardia, “Ponerle a Millet  una pena de un año, a Diaz Ferrán de dos años y el doble de al piquete de trabajadores que forzó el cierre de una tasca el día de la huelga general, entenderán ustedes que no hace falta ser leninista ni bolivariano –cosa que aún no sé qué significa – para pensar que la Justicia ha vuelto a sus orígenes de clase, como lo fue toda la vida con escasas excepciones”. 

1 comentario

carmelo romero -

La ciudadanía no tiene que estar alarmada todo lo contrario, especialmente esperanzada- por la irrupción en las urnas de Podemos, pero el actual Sistema político sí. ¿La razón? Son conscientes de que son ya alternativa de poder y seguramente, por mucho que no lo digan, los preferían en la pasividad, en sus casas y, de cuando en cuando, en la calle. Es un buen artículo, periodista de raza. Salud.