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El zahori

¡¡¡Soon aqueeellas peequeñas cosas…!!!

Los plumillas de aquellos años, recién escudillados de las facultades de Ciencias de la Información, nos sentíamos unos pequeños héroes, cuando desvelábamos algunas corruptelas, poca cosa, de nuestros representantes públicos. Prácticamente nada de otros poderes fácticos como los sectores empresariales, financieros, eclesiásticos o inmobiliarios. No estaban en el punto de mira y no había medios ni disposición social para proceder a las complejas averiguaciones. Tampoco la Justicia estaba por la labor. Siempre creí, y lo sigo creyendo,  que lo más goloso se nos escapaba. Y corrupción había. El Franquismo era corrupto por sus  principios, filosofía y origen. Aún así salieron escándalos como los de la Redondela o Matesa, entre otros. Era difícil  pensar que no hubiera corrupción y sin ir más lejos  el Batallón Vasco Español, del que con Felipe González fue un remedo tan trágico el GAL, no resistiría las pruebas de una  investigación. Pero en la Transición el pacto del miedo y las ganas de recuperar las libertades no propiciaban hurgar en algunas cloacas. 

Ya con las instituciones democráticas,  empezaron a salir a la luz  corruptelas heredadas de viejas rutinas o nuevas. Una empresa eléctrica seguía otorgando un sobre con dinero a los periodistas invitados a la comida en la que se iba a presentar el balance de resultados, hasta que un joven periodista casi barbilampiño de Zaragoza lo devolvió.   En la primera legislatura autonómica (1983-1987), el eximio periodista deportivo Jose María García se obsesionó  con el presidente de la Federación Española de Fútbol, a la vez presidente del PP regional, diputado autonómico de Aragón y promotor inmobiliario, José Luis Roca. La razón, “poca cosa”. Roca cobraba dietas y kilometraje como si viviera en Alcorisa, cuando iba a pie al Parlamento pues vivía en Zaragoza. Otra diputada del PSOE, Marisol Navarro, hacía lo mismo desde Alcañiz. Mucho más sonada fue, años más tarde, la conducta del eurodiputado y anterior alcalde  de Zaragoza por el PSOE, Antonio González Triviño. Fijó su residencia en Canarias para así obtener más prebendas en desplazamientos.

Con el tiempo, los jóvenes profesionales fueron afinando sus técnicas de investigación periodística y así se desvelaron asuntos de verdadero calado, como  la financiación de la depuradora en el mandato de Triviño; el nepotismo clientelista  del socialista José Marco, o las oscuras actuaciones de los consejeros  del PAR, Victor Longás y José Porta, que desembocaron en la dimisión. Ahora y con mayor colaboración de la Justicia,  el enriquecimiento de la alcaldesa de la Muela y familia que, con la vista judicial en ciernes,  no parece que  se lo vaya a llevar el viento. Y, como el caso que se lleva la palma con creces  la supuesta  malversación de 200 millones de euros en Plaza, durante el Gobierno PSOE-PAR.  

 Pero volvamos a aquellas pequeñas cosas. Al principio se miraba con lupa la utilización del coche oficial para misiones que no fueran las propias del cargo. Y se criticaba duramente que Triviño regalara una botella de Vega Sicilia, por un precio de 75.000 pesetas, junto a la invitación a un opíparo banquete. Era, creo, a unos empresarios  japoneses y se justificaba el trato como una estrategia para obtener inversiones.

Conforme las instituciones se fueron arraigando, ya en el periodo de Marcelino Iglesias y Biel,  a nuestros mandatarios les entró el gusto por el coche oficial. Y la comitiva, protocolo, seguridad y prensa oficial les deslumbró al tiempo que se pretendía  impresionar al pueblo llano. El alcalde de Huesca, el socialista Fernando Elboj, visitaba las obras de las calles con coche oficial rodeado de seguratas, los mismos que le acompañaban en las noches de copas. Su sucesor, Luis Felipe les dio otro destino más acorde con la seguridad ciudadana. En las Cortes de Aragón, todos los miembros de la Mesa y de la Junta de Portavoces disfrutaban –ahora se han reducido las prestaciones- de coche oficial, con chofer y segurata. Sólo se apeó de este servicio, en la legislatura pasada,  la diputada de CHA, Nieves Ibeas. El portavoz de IU, Adolfo Barrena, justificó esta prebenda  bajo el sutil argumento de que no haría nada que supusiera la pérdida de un puesto de trabajo. Su sucesora, Patricia Luquín, siguió los pasos de Ibeas.  Claro que en este asunto se lleva la palma el expresidente del Parlamento catalán, Ernest Benach (ERC), en cuyo coche oficial, un Audi, se hizo instalar, una tele, una mesa de trabajo y un reposapiés por un coste de 9.276 euros. El Gobierno de Tsipras  ha retirado los coches oficiales. Ya lo hizo el británico hace cinco años y los ministros desde entonces van  a pie o en transporte público.  Por no hablar del expresidente uruguayo, Jose Múgica. Aquí en España hubo una rara avis, el alcalde  de Vitoria, José Ángel Cuerda (PNV) que se desplazaba en autobús por España.

Los diputados de las Cortes de Aragón podían comer en el restaurante de la Aljafería por  3 euros, al ser subvencionado el almuerzo con un 75% del coste total de 13 euros. Poca cosa, sobre todo si se lo preguntan a las familias a las que se les ha retirado la subvención  por el menú escolar que vale más de 6 euros. Solo hace unos meses ha desparecido este privilegio como consecuencia de la presión popular y mediática. Y en el Ayuntamiento de Zaragoza, el alcalde Belloch ha llegado a cobrar  hasta 1.000 euros extras en un día por asistir a las comisiones.  Mientras la presidenta Rudi  añade a su sueldo oficial el  derivado del partido –como en otros casos legal pero moralmente reprobable_. El popular Gallardón y el socialista Leguina cobran la menudencia de 8.500 euros al mes por formar parte del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid. No digamos ya de las prebendas, sueldos, personal, despacho  y coches oficiales de todos los expresidentes de la Generalitat de Cataluña.  Y, entre otras “pequeña cosas”,  las comarcas  son nicho de beneficiados con sueldo , en algunos casos con consejeros  sin competencias como ocurrió en  la del Bajo Aragón-Caspe.     

Sí, puede que aquellas pequeñas cosas, comparadas ‘conlaquestacayendo’, constituyan el chocolate del loro; pero desde luego que no para aquellas personas que sufren los efectos de la crisis. Pero que  no dejan de ser un comportamiento obsceno, sobre todo, en épocas de crisis.  A ver, a partir del día 24. No sé….

 

2 comentarios

Francisca Gregorio -

Quizás aquellas pequeñas cosas son las que nos han llevado a estas grandes cosas.

Jose Ramon Perez Mato -

Será algo que tenga que ver con la "genetica hispana" el que los que deciden dedicarse a la política y al servicio de los ciudadanos lo primero,en la mitad, y ultimo que hacen es servirse ellos mismos.