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El zahori

chocolate y alpiste

Con DNI

Chocolate y alpiste

Rafael Bardají 

 

SERÍAN diferentes las cosas si, al margen de los tiburones financieros, no se hubieran realizado derroches fáciles de evitar y algunos reconducibles? Un aeropuerto en Castellón se inauguró en la primavera antes de la entrada en servicio, prevista «ad kalendas graecas». En Reus, se han acabado los vuelos de Ryan Air y el de Monflorite dejó de funcionar tras un largo periodo en «stand by». En los tres casos hay otros aeropuertos cerca. La televisión valenciana arrastra una deuda financiera cercana a los 1.200 millones y su share ronda solo el 4 % en un medio que, como Telemadrid, se dedica más al «agit prop» que al servicio público de informar. Ahora que se empiezan a cerrar guarderías, se exprime a los profesores de la pública, se demora el pago en las residencias o, como en Aragón, no se cubren las plazas concertadas, alguien tendrá que decidir ya e impedir duplicidades. A los virreyes regionales les gusta el juego del control mediático, lo que ha impedido diseñar fórmulas consistentes en que los centros regionales de TVE se fusionen con la red de las autonómicas. En España, existen cuatro circuitos de velocidad y solo uno es sede del campeonato de Fórmula 1. De Motorland no hablo porque los gestores del PAR no dan cifras y de lo que no sé prefiero no opinar, aunque sospeche. Insisto en las seis ventanillas -con sus duplicidades- a las que tenemos que acudir los aragoneses. En Aragón hay más de 700 municipios, la décima parte de los ayuntamientos españoles. Muchos no llegan a los 100 habitantes. Rudi dice que hay que pararse a pensar, pero creo yo que hay que actuar ya. Evitaré referirme al chocolate del loro –en las Cortes de Aragón, con la excepción de Nieves Ibeas (CHA), no se apea nadie del coche oficial-, porque hay muchos loros a los que dar alpiste. Para redondear, nadie ha impedido que los directivos de la intervenida CAM se vayan a su casa con 13 millones y créditos al 0 %. Si no es un delito se le parece, y de los gordos. Racionalizar el gasto no debe ser sinónimo de parálisis. Al Festival de Teatro de Huesca, los recortes no han sido un freno para el éxito por su altura y su inmersión social y el IES Servet de Zaragoza ha dado una lección en el V Centenario del teólogo sijenense ante la tibieza institucional.

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