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El zahori

La brecha cultural

La brecha cultural

Algo mal se está gestionando en la crisis cuando las diferencias entre ricos y pobres ha aumentado en España y estos últimos son cada vez más. Algunas medidas gubernamentales constituyen un paradigma claro de la contribución a este triste fenómeno. El Ejecutivo de Rajoy decide rebajar el IVA a las compras de las obras arte, poco antes de la cita internacional de la Feria de arte, Arco. ¿Quiénes son los que pueden adquirir estas creaciones que pueden alcanzar un precio de cientos de miles de euros y hasta millones? Pues parte, no todos, la gente con muchos posibles, los jeques árabes y los chinos que se van haciendo poco a poco con el mundo. Serán ellos quienes se harán con lo mejor para convertir un arte en prestancia social y en pieza de especulación. Por tanto, serán una minoría de privilegiados quienes se benefician de la reducción del impuesto.

No me meteré en la razón artística que impera en Arco y en la aportación a la sociedad como las innovaciones que se derivan tras la vanguardia. Era Deschamps quien decía que arte es todo aquello que uno quiere que sea arte. Tras este aserto, sin embargo ocurre en muchas ocasiones   este tipo de ferias encumbran la comercialización en gran medida. Y el objeto de deseo será para muy pocos pudientes, si no es guardado en la caja fuerte. Mientras tanto, la legión de ciudadanos se quedará en casa porque la entrada en el cine o el teatro es prohibitiva. A su vez, los grupos musicales, bandas, solistas, cantantes y orquestas de las fiestas estivales tienen cada vez más difícil hacer un bolo. Otros  como el zaragozano recientemente galardonado con un Goya, Gaizca Urresti, luchan con tenacidad y creatividad por sacar adelante su productora y sus proyectos fílmicos. Al zarpazo del IVA se une la exigua aportación de la Dirección General de Cultura de la DGA, cuyos fondos de apoyo que servían para animar el cotarro han recibido un buen tajo, dejando la aportación en algo testimonial. Y es que la cultura, en sus distintas manifestaciones,  alimenta el espíritu, provee de entretenimiento y favorece la imaginación, algo tan necesario en estos tiempos obscuros e inciertos. Pero la cultura es también un elemento de dinamización económica. Bien lo sabe Wert en su esquema de rentabilidad divina y exquisita. Hay otros ejemplos más populares. Sin ir más lejos, en Zaragoza contamos con la factoría Entropy Studio que es la encargada de los escenarios virtuales y los efectos especiales de ficción de la serie ‘Galerías Velvet’, de Antena 3, que tanto éxito de audiencia cosechó el pasado lunes. O en Huesca, a Rampa que monta escenarios de acontecimientos musicales y cuya incidencia traspasa nuestras fronteras. Hay otros muchos emprendedores, compañías teatrales, agentes, gerentes de salas musicales y expositivas que solo necesitan un pequeño soplo para desarrollarse, porque inteligencia y ánimo existen. Son un amplio colectivo que quieren crear para la mayoría. De seguir así, la brecha seguirá abriéndose entre unos pocos favorecidos por la fortuna y la colectividad.

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